PROTESTA PACÍFICA ¿QUÉ
ES ESO?
Octavio Acosta Martínez
Twitter@snittker
La pregunta es honesta y está
desprovista de toda ironía. Estoy tratando de entender, debido a que el
concepto de protesta pacífica está en
el centro del debate, pero al parecer cada uno tiene una idea distinta de lo
que esto significa. La necesito aclarar porque de lo que sí estoy claro es que
quiero protestar. De otra cosa también estoy completamente claro: quiero una
protesta que sea efectiva, esto es, capaz de producir un cambio sustancial en
la dirección política por donde está siendo conducido el país.
Aclararé más este deseo: rechazo el
modelo político socialista que me están imponiendo, quiero un modelo
democrático representativo. Ahora, este último debe estar deslastrado de los
vicios e inefectividad que han tenido los de la llamada cuarta república, pero
ésta es otra dimensión del problema. Está el modelo y está la forma como se
maneja el modelo. Hay democracias
representativas muy buenas y hay democracias representativas desastrosamente
malas. No sé si esta división se le podrá también aplicar al modelo socialista,
porque las experiencias que hasta el momento se han dado en este planeta han
sido todas desastrosamente malas.
¿Qué cree usted
que estoy haciendo en esta introducción? Es fácil: Trato de aclarar qué es lo
que quiero. Dejo entonces sentado que mi primer problema, el fundamental, el
más importante, no es el aceite, la harina pan, el papel toilette, el arroz;
tampoco la seguridad, ni la inflación, ni tantas otras cosas que se mencionan
en este conflicto y que deben seguir siendo mencionadas, por supuesto. Todas
éstas son importantes, agobiantes. Tanto que el desespero que ellas producen
hacen perder de vista el problema primario. Pero yo las veo como en el terreno
interno del manejo del modelo. Muchos alegarán que el pueblo no entiende de modelos
y que estos conceptos están situados en un nivel de pensamiento abstracto al
alcance sólo de quienes han tenido la oportunidad de ejercitarlo
académicamente. En cambio, sí entienden de los elementos concretos de su
alimentación y bienestar material en general. Pero eso es otra cosa, y tendrá
que ser considerada en las estrategias que se deberían seguir para ganar
adeptos en la lucha. En cuanto a mí se refiere, reitero que mi primer problema
es el modelo. ¿Me voy explicando?
Sigo aclarando
el asunto:
Existen dos
dimensiones diferentes en la situación actual: la ideológica y la administrativa.
A lo mejor hay otras dimensiones, seguramente las hay, pero éstas son las que me
interesan por ahora. El modelo está ubicado en la dimensión ideológica. El aceite, el papel toilette, la harina pan,
el arroz, la inflación, la inseguridad, la corrupción, están ubicados en la dimensión administrativa. Tanto en un
modelo socialista, como en un modelo de democracia representativa, estos
problemas administrativos que hoy nos mortifican pueden estar presentes. Pero
el modelo tiene implicaciones que van mucho más allá, que determinan aspectos
de la vida mucho más profundos. El objeto de esta reflexión no es decir, y
mucho menos analizar, cuáles son estas implicaciones. Ese trabajo se lo dejo a
cada quien. A estas alturas de la vida debería haber una buena idea de ellas.
En todo caso, si no la tienen es hora de estudiar, de investigar para saber
hacia dónde es que nos están conduciendo.
LO QUE QUIERO Y LO QUE NO QUIERO
Ahora puedo
decirlo, primero lo que no quiero. No quiero el modelo socialista que me están
imponiendo; que le están imponiendo a los venezolanos en contra de la voluntad
de al menos la mitad de ellos. No lo quiero por dos motivos:
1. Las
experiencias en el planeta Tierra han mostrado que el modelo es incongruente
con los valores trascendentales del hombre (me acojo al espíritu de la Ley de
Universidades).
2.
Los
conductores del socialismo bolivariano en Venezuela me han mostrado que con
ellos cualquier modelo es un desastre, tanto en su espíritu como en lo
administrativo.
De acuerdo con el segundo de los motivos pareciera entonces que la
salida a la situación coyuntural actual es La Salida. Pero ¡cuidado!... todavía
no lo he dicho… ¿Lo diré más adelante?
Con respecto a
lo que quiero.
Estructuralmente quiero la
democracia, donde estén representados todos los sectores de la sociedad, se
respeten los derechos de las minorías, donde exista libertad de conciencia,
libertad para expresarse; donde se promuevan, se respeten y se afiancen los valores
trascendentales del hombre (obedeciendo a un principio de simplificación
metodológica parto de que existe al menos un pre acuerdo de lo que significa valores trascendentales del hombre.
Tampoco tengo la necesidad de decir los valores
trascendentales del hombre y la mujer). Todo esto me conduce a auspiciar un
modelo democrático que pudiera tener
varios adjetivos que lo califiquen, pero que realmente haga justicia a tales
calificaciones. No quiero un mamotreto participativo
y democrático que no es ni participativo ni democrático.
Cuando propugno
por un modelo democrático no debe entenderse una vuelta a AD y Copei, tampoco
al MAS (la tercera pata de la mesa). Allí sí valdrían las palabras de Rubén
Blades sobre aquellos que tuvieron su oportunidad y fracasaron. No puedo
olvidar que el desacierto, la incompetencia y los niveles de corrupción en que
cayeron estos actores fue el caldo de cultivo para que surgiera la alternativa
que hoy nos estamos calando. El remedio fue peor que la enfermedad, es verdad, pero
la enfermedad sigue siendo la enfermedad. Estos partidos tendrán que hacer una
pasantía desintoxicadora y permitir que otras fuerzas emergentes prueben sus
capacidades en la administración del modelo. Por supuesto que estos partidos
tendrán todos los derechos que una democracia otorga. Ellos tendrán incluso el
derecho a aspirar a un retorno al ejecutivo, no se les puede quitar este
derecho en una democracia. Pero es la conciencia democrática y la experiencia
adquirida por la población venezolana la que debe evitarlo mediante su
participación siguiendo, por supuesto, las reglas del modelo. Esto requiere un
alto grado de conciencia política y un
conocimiento en la interpretación y aplicación de estas reglas. Ello formaría
parte de la función pedagógica que se debería realizar sobre quienes tienen la
responsabilidad de elegir. AD y Copei tendrán la oportunidad de reinventarse,
renovar sus componentes, pensar sobre las consecuencias arrastradas por lo que
fueron y entrar a la rueda de la vida política del país con un nuevo espíritu y
con nuevas ideas. ¿Estoy siendo excluyente? Pues, yo no sé cómo se llamará eso,
pero estoy definiendo qué es lo que quiero y qué es lo que no. Si no quiero a
AD ni a Copei en el poder ejecutivo –tampoco al MAS-, entonces tengo que
decirlo, es mejor que lo haga de una vez. Éste es un ejercicio que tendrá que
hacer cada quien. Me he permitido hablar con descarnada sinceridad, lo demás
sería caer en un lenguaje de conveniencias que me haría quedar muy bien (muy
propio del mundo político), pero que no serviría para alcanzar el objetivo
planteado al lanzar estas reflexiones.
LA PROTESTA
Bueno, ya
sabemos dónde está ubicado mi deseo (yo creo que es el de muchos). Entonces,
¿qué hacer para llevarlo a un grado de concreción?
Muchas cosas se
pueden hacer y varias de ésas ya las hemos probado… ¿Infructuosamente? (votar,
abstenerse como política general, abstenerse como posición particular, hacer declaraciones
públicas, apelar a los distintos poderes, apelar a organismos internacionales,
protestar de todas las maneras). En estos momentos se ha retomado, una vez más,
el camino de la protesta callejera y, como siempre, surge la discusión sobre la
efectividad de la misma.
La evaluación
de la efectividad de una acción tiene que hacerse en función de la consecución
de los objetivos. Por tanto, en el caso de la protesta esta evaluación debe
hacerse en función de lo que se quiere obtener a partir de ella. Pero hay que
tener cuidado con esta evaluación, podríamos decir con la evaluación de la evaluación; especie de metaevaluación. Si decimos que el objetivo de la protesta es la
salida del bigotúo de Miraflores,
entonces muy probablemente ella se dirija al fracaso, por lo menos en el corto
plazo, aunque… algunos casos se han visto de... Depende de la consistencia,
continuidad, fortaleza y espíritu de sacrificio con que se realice. El caso de
las distintas primaveras que hemos
visto en los últimos tiempos, son muy aleccionadoras. En política, sin embargo,
las cosas no funcionan tan literalmente y los resultados se obtienen mediante
la aplicación de fórmulas, pero no fórmulas matemáticas. La relación
causa-efecto no se da en los fenómenos sociales como se da en la física. Una
misma fórmula aplicada a un caso idéntico a otro donde ya fue probada, no
conduce necesariamente al mismo resultado. De casos está llena la historia.
Pudiera ser que
La
Salida no conduzca inmediatamente a la salida del bigotúo y su
gobierno, pero considero que ella fue buena y necesaria; porque haciendo una
evaluación en términos políticos, ella permitió sacar a la oposición del estado
de inmovilización y pasividad vergonzosa en que se encontraba postrada. Desde
que la actual movilización comenzó es mucho lo que se ha ganado. Hemos recobrado
la dignidad y nuestro auto respeto. En otras palabras, La Salida fue la salida que encontró la oposición para
reencontrarse con ella misma. Pero externamente también ha ganado. Le está
diciendo al gobierno que no le será
fácil imponer el modelo como de manera grosera y grotesca lo está intentando. La protesta ha hecho que el
gobierno esté mostrando su verdadera cara, la que tenía escondida bajo una capa
de legalidad cínica y abusiva. Ha permitido que el mundo vea esta cara y ahora
hay miles de jueces regados por todo el mundo evaluando el proceso venezolano
con una óptica distinta, lo que pone al gobierno venezolano por lo menos en una
situación incómoda. Ha hecho que algunos líderes en quienes se había depositado
la confianza en la conducción política, y que habían interpretado literalmente
la relación causa-efecto y tenían postrada a la oposición en este estado de
pasividad improductiva, estén despertando y reaccionando para no quedarse
detrás de las masas. Está demostrando que no hay que seguir hombres, sino ideas
y convicciones. Los líderes son circunstanciales y pierden su vigencia cuando
son incapaces de leer e interpretar una realidad, siempre y cuando, por
supuesto, el colectivo que los siguen sí esté perfectamente consciente de ella.
Seguramente habremos cometido muchos errores en la protesta, pero el mayor
error que estábamos cometiendo era no protestar.
CUALIDADES DE LA PROTESTA
Aquí es donde
comienzan las preguntas para las que no tengo respuestas. La primera de ellas:
¿Cuáles características debe tener la protesta? Casi todos los que escriben,
dan declaraciones y hablan por televisión dicen lo mismo: “la protesta debe ser pacífica”. Pero esto no me aclara nada. ¿Qué significa
ser pacífica? Si marcho pacíficamente por una avenida ¿es ésa
una protesta pacífica? Si toco cacerola en el porche de mi casa o en el balcón
¿es eso una protesta pacífica? He intentado un conjunto grande de protestas que
considero pacíficas y no he conseguido nada de lo que he deseado. He ejercido
el derecho al voto y he fracasado. Muchos dirán que el acto de votar no
constituye una protesta, pero yo digo que sí. En más de una oportunidad he
votado por alguien que no me convence, pero lo he hecho para que no gane otro
que sí me convence de su indeseabilidad. El indeseable siempre ha ganado, pero
eso forma parte del mundo de las posibilidades y están dentro de las reglas del
juego. El asunto es que algunas veces he sospechado que el árbitro no ha jugado
limpio con las reglas del juego. Entonces he protestado pacíficamente,
recurriendo a los organismos acreditados para tramitar reclamos. Pero tampoco
he conseguido nada, los organismos acreditados están parcializados a favor del
indeseable. Por eso acudo a organismos internacionales, pero los organismos
internacionales sólo brindan saludos a la bandera. Entonces acudo a los medios
(televisión, prensa) a expresar mi protesta, pacíficamente (eso creo yo), pero
encuentro que los medios que se atreven a canalizarla son censurados,
amenazados y finalmente cerrados, unos por disposiciones judiciales y otros por
ahogamiento en cuanto a suministro de recursos. Aparte de que en las
oportunidades previas, cuando logré colar mi protesta, me acusaron de fascista,
vende patria, oligarca, y algunas cosas más. No me quedó más remedio que acudir
a medios extranjeros, pero los que se atrevieron a escuchar y difundir mi
protesta fueron bloqueados unos y amenazados otros. Apelé a la Constitución y
seguí todos los pasos para convocar a un referéndum revocatorio, pero me
metieron en una lista que me ha traído más de un inconveniente. Todo esto lo he
realizado pacíficamente. He buscado una vía para canalizar mi protesta por las
redes sociales, pero hay una amenaza de regular el uso de estas también.
Algunas veces se han atrevido a bloquear imágenes que ponen los usuarios. Ya
desesperado he decidido acudir a marchas, pero a éstas no les dan permiso. Sin
embargo he marchado… pacíficamente. Pero ellas han sido atacadas por bandas que
al parecer tienen el derecho de atacar marchas pacíficas. Génesis murió en la
Avenida Cedeño cuando marchaba pacíficamente, no estaba haciendo más nada. Entonces
decidí tocar cacerola en mi casa. Puede ser un ruido un poco molesto para los
vecinos (aunque no tanto, porque los demás vecinos también han tocado), pero es
una forma pacífica de protestar. Sin embargo ahora están disparando a los que
tocan cacerolas. Muchos han sido baleados por esto. Geraldine, la estudiante
que murió en Naguanagua como consecuencia del ataque que sufrió, sólo estaba
tocando cacerola. Escribir por twitter puede resultar también peligroso, hay
que tener cuidado con lo que se escribe. Mientras redacto esto un general
retirado se resiste de ser arrestado en su casa. Se atrevió a escribir algo en
twitter y hubo un muerto aparentemente por lo que él escribió. A lo mejor fue
una imprudencia de su parte (no he leído el twitt), pero el gobernador de
Carabobo también escribió un twitt ofreciendo un contra ataque contundente e inmediatamente resultó muerta la miss
en un contra ataque contundente. Hasta ahora no lo han tocado ni con el pétalo
de una rosa. Repito la pregunta: ¿qué es una protesta pacífica? Lo quiero saber
porque siento la necesidad imperiosa de protestar. Pero no quiero una respuesta
académica-filosófica. No quiero que me saquen tratados y recuentos de la
evolución de la protesta desde Platón hasta nuestros días, con infinidad de
citas de autores y pensadores famosos. La quiero en términos concretos. Que me
digan por ejemplo: “Octavio, una protesta
pacífica es que decidas no bañarte más hasta que no salgamos de este gobierno
bolivariano y te vayas al frente de la Gobernación y le pases por el lado a
cuanto policía veas para molestarlo con el tufo”. Entonces ya sabré
exactamente qué es lo que tengo que hacer. Ésa es una respuesta concreta.
Pero recuerden
que además deseo que mi protesta produzca algún efecto. O en otras palabras,
deseo que mi protesta produzca el efecto de eliminar la causa de aquello que me
indujo a efectuar una protesta. No quiero protestas simbólicas que no sirvan
para nada.
MÁS PREGUNTAS
¿La protesta
debe ser pacífica específicamente en la actual situación coyuntural en
Venezuela o en todas las circunstancias y todo momento? ¿Constituye esta característica
un valor universal ético-político inherente a toda protesta? ¿Habrá casos
cuando la protesta debe dejar de ser pacífica? ¿Cuáles serían esos casos? ¿Cómo
reconocerlos? Yo tengo algunas respuestas parciales, pero no sé si coincidirán
con la de ustedes. No me imagino que Bolívar se hubiese paseado por la
posibilidad de ponerse en huelga de hambre para protestar contra el poder
español. Debe haber un límite –eso creo, pero espero confirmaciones- entre lo
pacífico y lo no pacífico. ¿Cómo reconocer el límite?
Mientras llegan
las respuestas y aclaro todas estas dudas, me abstengo de hacer juicios morales
contra los guarimberos y todas aquellas personas que han mantenido encendida la
llama de la protesta durante estos últimos días.
.
Felicitaciones por tu BLOG, amigo Octavio. Siempre es útil leer a los amigos, sean de la tendencia o posición que sean o tangan. LIBERTAD DE EXPRESIÓN PLENA. Abrazo largo.
ResponderEliminarBueno tu articulo. Protesta es protesta sin mas calificativo. Es como la MORAL, es unica y no como dicen ellos; Moral Socialista. Algo de humor: Mejor que la protesta que tu sugieres, te digo una mejor: Sientete Lady Godiva, te montas en un caballo blanco y te vas desde la redoma guaparo hasta la Cedeño. Saludo y un fuerte abtazo
ResponderEliminarBuena idea, hay que buscar a la Lady
EliminarApreciado Prof. Acosta. Es un honor volver a leer La Braga Azul después de tantos años. Excelente reflexiones para lo que ha vivido nuestro país en los últimos. Voy a compatirlo en facebook...
ResponderEliminarUn gran abrazo, su alumno,
Benito Sanchez
Benito ¿eres mi excelente alumno de hace tantos años? ¡Qué gusto tener noticias tuyas! La última vez que que te vi fue en el Tercer Congreso de Enseñanza de la Ingeniería, en Barquisimeto ¿Estoy equivocado? Un abrazo
EliminarEfectivamente. Aunque no me acordaba, la última vez que nos vimos fue en un Congreso de Enseñanza de la Ingeniería (no recuerdo cual). Presenté un trabajo de Investigación del IESA sobre competitividad de la ingeniería en Venezuela.
EliminarVoy a buscarlo en Facebook y pedirle ser mi amigo.
Un abrazo
No lo consegui en facebook. Mi twitter es @BenitoASanchez. En facebook me puede localizar como Benito Sanchez Aguilera
EliminarSaludos
Estimado Profesor,
ResponderEliminarSu artículo me ha hecho reflexionar acerca de la Salida. Debo confesar que soy pesimista. No veo “La Salida”. Me explico. Una protesta pacífica en los Estados Unidos, en general, consiste en hacer pancartas y mostrar su descontento en zonas públicas claves, por ejemplo, la Casa Blanca. La efectividad de la protesta depende fundamentalmente de la matriz de opinión creada, gracias a la transmisión de información emitida por medios libres, sin censura o autocensura. En Venezuela, no tenemos medios libres, sino que son controlados por un Estado delincuente. Lamentablemente, hay personas que creen fervientemente todo lo que transmite VTV. Los medios no transmitirían una protesta pacífica.
Ahora, no creo que las protestas violentas sirvan mucho. En efecto, ellas han logrado despertar del letargo a los líderes y han creado cierto eco internacional. Sin embargo, en esto último, no creo que haya resoluciones fuertes de parte de la mayoría de los países por sus intereses económicos. Un eventual resolución buscada por EEUU contra Venezuela en la ONU sería bloqueada por Rusia y China por sus intereses comerciales con Venezuela. En la OEA ya sabemos que la Carta Democrática es palabra muerta.
Un Estado delincuente no le importará la violencia. De hecho, creo que la aúpa. No le importará que destruyan centros comerciales y les encanta las “guarimbas” en donde viven “los escuálidos”. Al final, y espero estar equivocado, el gobierno va a jugar al cansancio de las protestas.
Bueno, infortunadamente, no tengo el tiempo suficiente para explicarme con más detalles, pero en esencia, creo que todo va a quedar igual, incluyendo la impunidad. Perdone mi pesimismo.
Benito
Tienes razón en prácticamente todo lo que dices, Benito. Corremos el riesgo de que al final todo quede igual, o peor. Por eso yo insisto en la efectividad de la protesta, y yo no sé cuál será la que tenga la efectividad deseada. Lanzo con sinceridad las preguntas que hago; para que todos pensemos y es posible así logremos llegar a la gran idea, la que andamos buscando. La guarimba también hay que clasificarla, hay guarimbas de guarimbas. Se generan a veces acciones indeseadas. Actos delictivos y perjudiciales que no obedecen al espíritu de la protesta. Pero yo no se los atribuyo a los "protestantes", propiamente dichos, sino a la delincuencia común que pesca en río revuelto y aprovecha toda circunstancia para manifestarse. Esa delincuencia está en el gobierno y en la oposición,... o no está en ninguna. Yo no propongo la guarimba, pero tampoco emito juicios contra ella, mientras no tenga la respuesta correcta al logro de mi objetivo.
EliminarBenito, te agradezco altamente tu participación, siempre muy valiosa. ¿Cómo está el ejercicio profesional? ¿Sigues en el IESA?
La coyuntura no es para ser pesimista u optimista es para hacer un análisis y encontrar salidas a corto, mediano, y largo plazo, de la difícil situación política y económica en la que nos encontramos los venezolanos como resultado de imponer un modelo político atrasado fundamentado en la lucha de clases, la estatizaciòn, la exclusión, la falta de democracia y la permanencia en el poder de una camarilla. Nadie mas puede gobernar, sólo los jefes y los incondicionales!. Salir de ellos no es fácil debemos admitirlo, pero la historia demuestra que tampoco es imposible. La lucha continuará y las contradicciones se van a acentuar. No hay duda alguna.
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