EL PROCESO ELECTORAL II
(... la historia continúa)
Octavio Acosta Martínez
Han pasado 13 días y mi interrogante fundamental no ha encontrado una respuesta. ¿Quién tiene la respuesta a mi pregunta? Henrique Capriles Radonsky.
Esta incertidumbre y la espera para disiparla me han planteado un dilema ético: ¿debo expresar mis dudas, siendo así fiel a los valores que en mi condición de profesor universitario predico a mis alumnos (y a quienes no lo son también), o callo para no perjudicar políticamente al nuevo "redentor", al que apoyamos para que nos libere de las "conquistas" de la revolución bolivariana? He optado por beneficiar a la primera de las premisas.
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Yo creo en todas las denuncias que ha hecho HCR. Mi conocimiento de los individuos que están en el poder y de lo que ha sido la realidad política venezolana desde que tengo uso de razón en este campo me bastan para saber que tales denuncias son ciertas. Por eso me parece que le asiste toda la razón cuando solicita la auditoría del proceso de votación. Yo también la habría solicitado, aun a sabiendas de que ello no conduciría a nada. Más que una cuestión de "razón", es una forma de mantener la lucha, de ejercer presión y de crear vínculos de unión en la oposición a partir de acciones concretas que rompan la inercia de la resistencia de brazos cruzados.
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HCR propuso en principio un "conteo voto a voto", que no es lo mismo que "auditoría". Pero no importa, la gente tiene todo el derecho de afinar los conceptos cuando se trata de encontrar "la verdad". He apoyado con fervor militante esta propuesta. Sin embargo, la pregunta que he formulado continúa en suspenso. Y les aseguro que lo he seguido con toda atención en las ruedas de prensa que ha convocado y en las entrevistas que le han hecho.
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HCR propuso en principio un "conteo voto a voto", que no es lo mismo que "auditoría". Pero no importa, la gente tiene todo el derecho de afinar los conceptos cuando se trata de encontrar "la verdad". He apoyado con fervor militante esta propuesta. Sin embargo, la pregunta que he formulado continúa en suspenso. Y les aseguro que lo he seguido con toda atención en las ruedas de prensa que ha convocado y en las entrevistas que le han hecho.
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En éstas, Capriles ha hecho tres aseveraciones clave:
- " Ustedes creen que ganaron las elecciones y yo creo que las gané, por tanto..." dice él que le dijo a Maduro la misma noche del 14-A, cuando le propuso el conteo. Esto fue complementado con "nosotros tenemos otros resultados".
- "Yo gané las elecciones", en la siguiente rueda de prensa. Ésta es una afirmación más categórica que el "yo creo...".
- "Ustedes se robaron las elecciones". Palabras mayores. Después de esto no hay más nada que decir, ya no se puede dar marcha atrás.
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Si Capriles tiene otros resultados ¿cuáles son ellos?, es la pregunta que he hecho, a la que añado una segunda: ¿cómo los obtuvo? Además, esos resultados interpreto que lo dan como ganador, de acuerdo con la segunda de las aseveraciones. Ultimadamente, ¿por qué me hago estas preguntas? Porque cuando él dice tener "otros resultados" y, además, declararse ganador de las elecciones, ya todas las irregularidades denunciadas posteriormente habían ocurrido; antes y durante el proceso de votación: el voto asistido se había dado, los motorizados habían cumplido su tarea, los muertos votantes ya habían votado, las máquinas que se iban a dañar ya se habían dañado, los testigos que iban a intimidar y sacar ya los habían intimidado y sacado, los vehículos de las alcaldías oficialistas y de las instituciones del Estado que iban a trasladar gente ya las habían trasladado, los que iban a votar dos o más veces ya habían votado. Entiendo sus aseveraciones en el sentido de que a pesar de todas estas irregularidades él había sido el ganador. Y repito: ¿por qué no ha mostrado los resultados que posee?
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Todo esto me lo planteo por el sentido del reclamo. La investigación de las irregularidades lo que podría demostrar es precisamente eso: que hubo irregularidades en el proceso y de no haberlas habido es posible que los resultados electorales hubiesen sido otros. Lo que no se podría determinar es cuán diferentes serían estos otros. El comando de la MUD ha repetido hasta la saciedad: "es imposible determinar por quién votó cada elector". Lo que sí es cierto es que estas irregularidades son lo suficientemente graves como para alterar el proceso, justificando plenamente, por tanto, la impugnación que se adelanta.
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Pero no es lo mismo decir que todas las irregularidades denunciadas contaminaron seriamente el proceso y perjudicaron al candidato de oposición, cosa de la cual no tengo la más mínima duda, a decir "yo tengo los resultados, yo gané, ustedes se robaron las elecciones". Para hacer estas declaraciones tan tajantes y graves hay que tener elementos probatorios muy contundentes en la mano y no simples conjeturas, aun cuando éstas tuvieran cierta fundamentación lógica. Pienso que Capriles tiene ahora la obligación moral de mostrar sus pruebas. Yo quiero ver cuáles son, lo he repetido numerosas veces. He sido muy insistente en este punto debido también en la insistencia de las afirmaciones de la MUD y de su candidato, el cual ha sido machacón con el planteamiento de que su lucha es por la verdad y en contra de la mentira. Hay que hacer honor a la palabra y creo que hace tiempo se debió mostrar los elementos probatorios que justifiquen tan graves aseveraciones.
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Finalizo así:
El ventajismo institucional del gobierno es groseramente desproporcionado, lo que hace una tarea titánica competir con él en estas condiciones tan desventajosas. Las reglas del juego democrático en las cuales están inscritas nuestras luchas, nos han obligado sin embargo a aceptar a participar de esta manera, con el reto de ganar a pesar de todo. Pero los problemas tienen sus datos y sus premisas y no es cuestión de que nos gusten o no nos gusten, de que sean justos o que sean injustos. Simplemente son así y no podemos resolver el problema si los desconocemos y los rechazamos. Las irregularidades detectadas sabíamos de antes que se iban a cometer. Se diseñó una logística para reducirlas al máximo, pero no las íbamos a eliminar todas. Con esos datos y esa premisas trabajamos y lo que se impone es diseñar la estrategia correcta que nos conduzca a una solución satisfactoria. Esto es casi un problema de ingeniería (a lo mejor tendremos que crear la disciplina de Ingeniería política).
Como la sustitución de un gobierno autocrático, con serios rasgos dictatoriales, por la vía electoral es un problema no estructurado, hay que apelar a diferentes estrategias complementarias para alcanzar su solución. Por supuesto, hay que votar. Pero hay que vigilar, impugnar cuando sea necesario, auditar cuando se considere, protestar por todos los medios disponibles, marchar, cacerolear, hacer paros y muchas cosas más.
Yo he apoyado a un candidato y lo he acompañado en sus acciones. Apoyé la solicitud de conteo "voto a voto", la auditoría, la no participación en una auditoría chucuta, la impugnación de las elecciones; seguramente apoyaré el acudir a organismos y tribunales internacionales, y quién sabe a qué más. Pero no soy su incondicional ni le he dado un cheque en blanco para que haga lo que quiera. Hay una promesa de su parte. Él me ha prometido trabajar siempre con la verdad, entendiendo la verdad en ese sentido llano y sencillo como lo entendemos popularmente, obviando la discusión filosófica que han adelantado sobre este concepto los filósofos de todas las épocas. Yo he aceptado su oferta de ética política. Por eso cuando me ha dicho que tiene "otros resultados" y que ganó las elecciones, yo le he pedido que me los muestre, para poder defenderlo con base frente a sus adversarios, que son también los míos.
Estamos pasando por un punto de inflexión en el momento político actual. Ratifico mi impresión de que la revolución bolivariana comenzó su período de desintegración y lo que no sabemos es cuánto podrá durar. Pero es un momento delicado, porque de acuerdo a cómo nos presentemos ante esta circunstancia histórica dependerá mucho la nueva dirección que tomará la vida del país. Pudiera ser el rescate de la institucionalidad democrática, como también una desviación fascista de funestas consecuencias. Ambas cosas hemos visto en este planeta que se llama Tierra.
Por esta razón nuestra dirigencia tiene que conducirse de una manera muy inteligente y sobre todo, con integridad. Mala cosa sería que demos inicio a esta nueva etapa que se avecina apelando a expedientes ajenos a la verdad que se pregona.
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Dije que iba a finalizar, pero haré uso del sagrado derecho de arrepentirme y voy a continuar. Me parece necesario que exprese en voz alta la creencia que me angustia. Lo malo de las incertidumbres y de las esperas es que uno elucubra e inventa, porque lo que el hombre no ha podido soportar nunca es el estar sin explicaciones. Lo malo es que las "verdades" establecidas por esta vía se asientan muy profundamente y después son realmente difíciles de erradicar. Por eso, lo mejor es tratar las cosas con la mayor transparencia desde el principio. Estaré sumamente agradecido si lo que voy a decir es refutado convincentemente, preferentemente por los principales actores de este drama.
Yo no creo que Capriles tenga ningunos resultados de los que se desprendan que él sea el ganador. En este punto doy crédito a la posición del rector Vicente Díaz, quien reiteradamente ha dicho que él no duda de la veracidad de las cifras presentadas, aunque él ha defendido igualmente el derecho y la conveniencia del conteo. Lo que creo es que nuestro candidato hizo una jugada de poker que circunstancialmente puso el gobierno contra la pared. Si el gobierno (porque el CNE es el gobierno) no aceptaba la auditoría, se ponía en duda ante el país y ante el mundo, y validaba automáticamente la acusación de Capriles. Si aceptaba y hacía la auditoría, se evidenciaban entonces las múltiples irregularidades de las que se acusa, y de aquellas que hasta ahora no se conocen. De esta manera los resultados de Capriles pasaban a un segundo plano de importancia, porque lo que realmente se ponía en evidencia era la credibilidad e idoneidad democrática de un régimen que ha engañado a gobiernos y a hombres muy inteligentes de otros países (algunas veces los hombres inteligentes son los que adoptan las posiciones más estúpidas), lo que le ha valido una aureola de legitimidad ilegítima.
¿Qué hizo el gobierno? Retrucó con una jugada muy hábil también: se escapó entre los cachos del problema. Aceptó la auditoría, pero descalificándola... "los resultados del CNE son irreversibles y no van a cambiar". Abonó el terreno lanzando aquella batería de rectoras y presidenta del TSJ con las declaraciones que todos conocemos en esta dirección. En otras palabras: una auditoría chucuta. El gobierno sabía que la MUD no la iba a aceptar en estos términos y efectivamente así fue. A mí me parece bien que no la hubiera aceptado.
Temporalmente tanto Capriles (necesariamente tengo que personificar) como el gobierno se han salido de una situación embarazosa. Hay un empate técnico, por ahora. Este sería un momento ideal para Capriles sacar a la luz sus resultados si los tuviera, pero...
Ahora pasamos a la etapa de la impugnación. He dicho que también la apoyo, pero ¿qué creen ustedes que va a pasar? Particularmente creo que nada. Muchos fuimos los que nunca logramos visualizar a Chávez entregándole la banda presidencial a Capriles ni a nadie de la oposición. Ahora tampoco veo al chavismo desjuramentando a Maduro para juramentar a Capriles. Para ganar, también lo hemos dicho, tendría que ser con una ventaja tan aplastante que fuese imposible negar. Sin embargo, la impugnación debe darse, ella forma parte de la lucha.
¿Qué debe hacer la oposición ante este cuadro? ¡Hacer oposición! Pero una oposición transparente, sin engaños. Siempre con la verdad, la verdad, ... ¡LA VERDAD!
Ya hablé,¿ahora qué hago yo?...
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Todo esto me lo planteo por el sentido del reclamo. La investigación de las irregularidades lo que podría demostrar es precisamente eso: que hubo irregularidades en el proceso y de no haberlas habido es posible que los resultados electorales hubiesen sido otros. Lo que no se podría determinar es cuán diferentes serían estos otros. El comando de la MUD ha repetido hasta la saciedad: "es imposible determinar por quién votó cada elector". Lo que sí es cierto es que estas irregularidades son lo suficientemente graves como para alterar el proceso, justificando plenamente, por tanto, la impugnación que se adelanta.
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Pero no es lo mismo decir que todas las irregularidades denunciadas contaminaron seriamente el proceso y perjudicaron al candidato de oposición, cosa de la cual no tengo la más mínima duda, a decir "yo tengo los resultados, yo gané, ustedes se robaron las elecciones". Para hacer estas declaraciones tan tajantes y graves hay que tener elementos probatorios muy contundentes en la mano y no simples conjeturas, aun cuando éstas tuvieran cierta fundamentación lógica. Pienso que Capriles tiene ahora la obligación moral de mostrar sus pruebas. Yo quiero ver cuáles son, lo he repetido numerosas veces. He sido muy insistente en este punto debido también en la insistencia de las afirmaciones de la MUD y de su candidato, el cual ha sido machacón con el planteamiento de que su lucha es por la verdad y en contra de la mentira. Hay que hacer honor a la palabra y creo que hace tiempo se debió mostrar los elementos probatorios que justifiquen tan graves aseveraciones.
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Finalizo así:
El ventajismo institucional del gobierno es groseramente desproporcionado, lo que hace una tarea titánica competir con él en estas condiciones tan desventajosas. Las reglas del juego democrático en las cuales están inscritas nuestras luchas, nos han obligado sin embargo a aceptar a participar de esta manera, con el reto de ganar a pesar de todo. Pero los problemas tienen sus datos y sus premisas y no es cuestión de que nos gusten o no nos gusten, de que sean justos o que sean injustos. Simplemente son así y no podemos resolver el problema si los desconocemos y los rechazamos. Las irregularidades detectadas sabíamos de antes que se iban a cometer. Se diseñó una logística para reducirlas al máximo, pero no las íbamos a eliminar todas. Con esos datos y esa premisas trabajamos y lo que se impone es diseñar la estrategia correcta que nos conduzca a una solución satisfactoria. Esto es casi un problema de ingeniería (a lo mejor tendremos que crear la disciplina de Ingeniería política).
Como la sustitución de un gobierno autocrático, con serios rasgos dictatoriales, por la vía electoral es un problema no estructurado, hay que apelar a diferentes estrategias complementarias para alcanzar su solución. Por supuesto, hay que votar. Pero hay que vigilar, impugnar cuando sea necesario, auditar cuando se considere, protestar por todos los medios disponibles, marchar, cacerolear, hacer paros y muchas cosas más.
Yo he apoyado a un candidato y lo he acompañado en sus acciones. Apoyé la solicitud de conteo "voto a voto", la auditoría, la no participación en una auditoría chucuta, la impugnación de las elecciones; seguramente apoyaré el acudir a organismos y tribunales internacionales, y quién sabe a qué más. Pero no soy su incondicional ni le he dado un cheque en blanco para que haga lo que quiera. Hay una promesa de su parte. Él me ha prometido trabajar siempre con la verdad, entendiendo la verdad en ese sentido llano y sencillo como lo entendemos popularmente, obviando la discusión filosófica que han adelantado sobre este concepto los filósofos de todas las épocas. Yo he aceptado su oferta de ética política. Por eso cuando me ha dicho que tiene "otros resultados" y que ganó las elecciones, yo le he pedido que me los muestre, para poder defenderlo con base frente a sus adversarios, que son también los míos.
Estamos pasando por un punto de inflexión en el momento político actual. Ratifico mi impresión de que la revolución bolivariana comenzó su período de desintegración y lo que no sabemos es cuánto podrá durar. Pero es un momento delicado, porque de acuerdo a cómo nos presentemos ante esta circunstancia histórica dependerá mucho la nueva dirección que tomará la vida del país. Pudiera ser el rescate de la institucionalidad democrática, como también una desviación fascista de funestas consecuencias. Ambas cosas hemos visto en este planeta que se llama Tierra.
Por esta razón nuestra dirigencia tiene que conducirse de una manera muy inteligente y sobre todo, con integridad. Mala cosa sería que demos inicio a esta nueva etapa que se avecina apelando a expedientes ajenos a la verdad que se pregona.
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Dije que iba a finalizar, pero haré uso del sagrado derecho de arrepentirme y voy a continuar. Me parece necesario que exprese en voz alta la creencia que me angustia. Lo malo de las incertidumbres y de las esperas es que uno elucubra e inventa, porque lo que el hombre no ha podido soportar nunca es el estar sin explicaciones. Lo malo es que las "verdades" establecidas por esta vía se asientan muy profundamente y después son realmente difíciles de erradicar. Por eso, lo mejor es tratar las cosas con la mayor transparencia desde el principio. Estaré sumamente agradecido si lo que voy a decir es refutado convincentemente, preferentemente por los principales actores de este drama.
Yo no creo que Capriles tenga ningunos resultados de los que se desprendan que él sea el ganador. En este punto doy crédito a la posición del rector Vicente Díaz, quien reiteradamente ha dicho que él no duda de la veracidad de las cifras presentadas, aunque él ha defendido igualmente el derecho y la conveniencia del conteo. Lo que creo es que nuestro candidato hizo una jugada de poker que circunstancialmente puso el gobierno contra la pared. Si el gobierno (porque el CNE es el gobierno) no aceptaba la auditoría, se ponía en duda ante el país y ante el mundo, y validaba automáticamente la acusación de Capriles. Si aceptaba y hacía la auditoría, se evidenciaban entonces las múltiples irregularidades de las que se acusa, y de aquellas que hasta ahora no se conocen. De esta manera los resultados de Capriles pasaban a un segundo plano de importancia, porque lo que realmente se ponía en evidencia era la credibilidad e idoneidad democrática de un régimen que ha engañado a gobiernos y a hombres muy inteligentes de otros países (algunas veces los hombres inteligentes son los que adoptan las posiciones más estúpidas), lo que le ha valido una aureola de legitimidad ilegítima.
¿Qué hizo el gobierno? Retrucó con una jugada muy hábil también: se escapó entre los cachos del problema. Aceptó la auditoría, pero descalificándola... "los resultados del CNE son irreversibles y no van a cambiar". Abonó el terreno lanzando aquella batería de rectoras y presidenta del TSJ con las declaraciones que todos conocemos en esta dirección. En otras palabras: una auditoría chucuta. El gobierno sabía que la MUD no la iba a aceptar en estos términos y efectivamente así fue. A mí me parece bien que no la hubiera aceptado.
Temporalmente tanto Capriles (necesariamente tengo que personificar) como el gobierno se han salido de una situación embarazosa. Hay un empate técnico, por ahora. Este sería un momento ideal para Capriles sacar a la luz sus resultados si los tuviera, pero...
Ahora pasamos a la etapa de la impugnación. He dicho que también la apoyo, pero ¿qué creen ustedes que va a pasar? Particularmente creo que nada. Muchos fuimos los que nunca logramos visualizar a Chávez entregándole la banda presidencial a Capriles ni a nadie de la oposición. Ahora tampoco veo al chavismo desjuramentando a Maduro para juramentar a Capriles. Para ganar, también lo hemos dicho, tendría que ser con una ventaja tan aplastante que fuese imposible negar. Sin embargo, la impugnación debe darse, ella forma parte de la lucha.
¿Qué debe hacer la oposición ante este cuadro? ¡Hacer oposición! Pero una oposición transparente, sin engaños. Siempre con la verdad, la verdad, ... ¡LA VERDAD!
Ya hablé,¿ahora qué hago yo?...
Excelente análisis. y más claramente explicado no puede quedar tu sentir, del cual me suscribo. Aquí nuestro estandarte es la verdad, y ello debe servir para que podamos "evolucionar" hacia mejores venezolanos. Cuando digo verdad me refiero a que la palabra se haga justicia; cuando algún político jura y dice que va a cumplir la constitución, leyes y reglamentos, que lo haga con transparencia, claridad, principios y valores democráticos. Y que esa actitud sea el ejemplo.
ResponderEliminarFinalizo diciendo que "voy pegao a tu análisis y sentir".
Un abrazo Octavio.
La historia continúa, es cierto, y para ser franca, me parece que estaremos frente a muchos capítulos de este drama político.
ResponderEliminarCómo le expresé en su escrito anterior, celebro su claridad de ideas y que además sea tan generoso en compartirlas ...gracias, gracias de verdad.
Suscribo su petitorio, es necesario iniciar todo este ciclo, si es que puede llamarse de este modo, con la VERDAD y en mayúsculas, efectivamente, ¡qué difícil es luchar contra un sistema que se ha arraigado por 14 años desde la manipulación y el vil engaño!. El proceso chavista tiene una ética muy particular y es hacer todo lo posible y necesario para no entregar el poder y permanecer allí hasta el fin de los siglos.
Fernando Mires en uno de sus últimos artículos realiza planteamientos muy asertivos sobre el futuro político del pais, desde la perspectiva de dos líderes que han marcado este comienzo del siglo XXI, uno fallecido, que desde el más allá y personificado en unos hijos eschavetados, lucha porque su impronta se mantenga como ideario político. Tanto usted como Mires coinciden en una desintegración de este movimiento, pero mi pregunta es ¿cuándo se dará lugar realmente? si tienen el Estado acomodado con la horma adecuada para la perpetuidad. No lo veo claro. Una implosión dentro de esas filas del chavismo me parece que puede durar su tiempo en demostrarse, ojalá esté equivocada.
Por otro lado, Capriles me imagino que está administrando su juego de póker tratando de tener unos lentes bien oscuros, mientras planea sus jugadas para no que no queden al descubierto las debilidades del opositor que está luchando bajo las reglas de un juego amañado y a todas luces desventajoso. Es posible que lanzar su victoria o afirmar que tiene otros resultados, es el elemento que está tratando de sortear ¿Bluff? ...todo cabe. Como usted, no quiero ser seguidora ciega.
Solo me inquieta que ante todo este desbarajuste, el pais se nos está volviendo una quimera, un sinsentido de proporciones descomunales, en lo social, en lo económico y ¡qué decir de lo político!
Como lo expresé en una reflexión semanas atrás, vivimos horas oscuras, muy oscuras, las tinieblas pareciera que encontraron buen albergue en esta generosa tierra. Seguiremos activos, escribiendo, leyendo, reflexionando, estoy consciente que con eso no se tumban gobiernos, pero en fin, me quedo con su interrogante ...¿y ahora?
Sr. Acosta, muy buen artículo. Desde que me lo envió lo leí casi de inmediato. Le escribí una larga respuesta donde reafirmaba sus planteamientos y su incertidumbre que son nuestras también. Le comenté en esa respuesta una conversación que tuve con dirigentes regionales de la MUD de Anzoátegui, cuando entregamos el documento al CNE y mis apreciaciones al respecto; escribí y escribí y escribí...cuando ya iba a terminar de hacerlo, no me pregunte que tecla pisé y pufff...se me borró todo!!! Ya han pasado varios días y creo que ya no tiene vigencia mi respuesta. Lo que si tiene vigencia, es que con o sin números, el ilegitimo se ha descubierto solito, su proceder y estrategias para acallar a la otra mitad del pueblo, resultan en clara evidencia de que la verdad no lo asiste. Por lo tanto, su legitimidad se hace cada vez mas sospechosa. Las acciones y actuaciones propias del resto de los dirigentes del Gobierno, le otorgan más peso a la usurpación y la mentira. Nosotros por lo pronto, no debemos perder la fé, debemos reafirmarnos en nuestros ideales, estamos claros en lo que queremos para nuestro País, un Norte nos une, un líder nos conduce (a Dios gracias, que apareció alguien en la oposición) y nosotros muy obediente a nuestro corazón! Ellos terminaran pulverizándose, no les queda otra!
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