viernes, 19 de diciembre de 2014

SEXO ORAL


Sexo oral



Octavio Acosta Martínez
octaviocultura@hotmail.com
    Twitter: @snittker.com

          Las relaciones con mi médico han entrado en un terreno pleno de incertidumbres en el cual no sé si estaré tratando con un enemigo benévolo o con un amigo riguroso y exigente en el que toda su aptitud está justificada en la única y exclusiva idea de ayudarme. Él se ha dedicado sistemáticamente a prohibirme todo aquello que hasta ahora yo consideraba fundamental para llevar una vida agradable.

(Tendré que verlo sólo en fotos)
          Me prohibió el whisky, lo que hace sentirme sometido a una doble agresión: una por parte de él y la otra por parte del gobierno. El whisky, sin que nadie tuviera que prohibírmelo, ya ha adquirido niveles prohibitivos e inalcanzables para buena parte de una población catadora del agua de la vida. Sí, porque eso es literalmente entendido el significado del whisky: el agua de la vida. No debe ser tan malo, entonces. Y aunque tenga el precio que tenga, siempre queda la esperanza de que uno mediante un esfuerzo extra pueda adquirir una apreciada botellita. Pero con una prohibición médica...

           Claro, junto con el whisky viene también el resto de la comparsa: el ron, la cerveza y el vino. Pero éstos no me interesan tanto. Me gusta bastante la cerveza, pero las de mi agrado desaparecieron del mercado. Sólo queda la cerveza venezolana, "la mejor del mundo", que a fuerza de no sé qué política de mercado se convirtió en una caricatura de lo que antes era.
Ahora tenemos un batallón de "ice" y "light" que a punta de propaganda, apoyada fundamentalmente en la figura insinuante de chicas super buenas, el hombre venezolano renunció pasivamente a aquella cerveza fuerte y amarga "para hombres", de antes, por esta legión de lights para señoritas. No me importa que el médico me la prohíba.

          En cuanto a las comidas, mi médico arremetió con saña bolivariana. Me prohibió casi todo lo que como: arroz, arepa, pan (soy un gran panero), papa, tubérculos, pastas, yuca, refrescos azucarados (¿cuáles refrescos no son azucarados?), panelas de San Joaquín, helados, leche condensada (me dejó frío con lo que tenía listo para preparar un ponche crema criollo), cazabe (¡prohibirle a un nativo de Ciudad Bolívar que coma cazabe!). Edulcorante sí, azúcar no (una nueva búsqueda, un nuevo sufrimiento: los edulcorantes). Batata no, caramelos no, ñame no, chocolate no, café no (¡Dígame! ¡Mi amado café! ¡La otra bebida de los dioses,... aparte del whisky!), algodón de azúcar, granos (¡y mi palo a pique qué!).

          En cambio, deberé tomar 8 vasos ("al menos") de agua al día. Si no me ahogo antes, tendré que pasar todo el tiempo orinando.

           Además, me prescribió unos ejercicios en los que hay que mover la mandíbula hacia los lados, el mayor número de veces que pueda durante el día. Es que tengo un hongo alojado en la Trompa de ... ¿cómo se llama la trompa ésa que está en el oído,... siempre me confundo. En fin, las dos son esposas de maracuchos, una es "de Falopio" y la otra es "de Eustaquio". Me imagino que con tanto movimiento el hongo se mareará y se irá. Ahora tengo que estar pendiente de que nadie me vea cuando estoy en público o disimular tapándome la boca para que no crean que estoy loco haciendo esas muecas.

       También deberé caminar una hora al día. Esto, en principio, no parece malo, pero cuando le conté que la última vez que lo hice me asaltaron en el Cerro El Café y me quitaron hasta los zapatos, me dijo:
          -Búscate un lugar seguro. En el parque Negra Hipólita (o Peñalver), tienes una buena caminería para hacerlo.
          -En ese parque asaltaron a una mujer mientras trotaba, y la mataron -le respondí.
          Ante lo que tajantemente me ordenó (era una orden):
          -Yo no sé, vas a tener que caminar entonces en el techo de tu casa, pero tienes que caminar.

            Bueno, así han sido las traumáticas relaciones con mi médico. Pero no crean que eso es todo, en la última sesión de esta semana llegó al colmo: me prohibió el sexo oral.

           ¿Entonces? ¿Qué quiere que haga?

            Tendré que aprender a hacer el sexo escrito.




jueves, 27 de noviembre de 2014

EL ANTI-MITO





                                                                 
                            Tofaus


Octavio Acosta Martínez
octaviocultura@hotmail.com
    Twitter: @snittker.com

     Estoy escribiendo una historia y provisionalmente les adelantaré algo. Bajo una supuesta política de mercadeo diríamos que estamos en la fase promocional.

     Concebí esta historia inicialmente como un cuento, pero ella se ha independizado de mi voluntad, adquirió su propio vuelo y paulatinamente se ha venido convirtiendo en una novela. Por lo menos eso es lo que pretende. Espero que de darse así, me tenga un poco de consideración y no alcance a pasar de un solo tomo.

     Se trata de la vida de un joven, alto, delgado, de amplia cabellera, musculatura moderadamente marcada, mirada un poco inocente, como de niño. En fin, esas características físicas que en general son del agrado de las mujeres. Además, con una buena preparación intelectual. 

     Pero este joven tenía el defecto de la impaciencia, característica ésta por la que muchos se lanzan al precipicio sin antes ponerse el paracaídas. La impaciencia de nuestro héroe se manifiesta en un deseo irrefrenable de llegar pronto a la vejez para así, disfrutar las delicias que, según lo que había leído, le otorgan a los viejos.

     Efectivamente, además de numerosas cadenas de jubilados que recibía en sus cuentas de emails...-No, él no era jubilado, sino su padre -profesor jubilado de la Universidad-, y quizás a través de éste le llegaban esos correos-,... ¿Decía...? ¡Ah! ¡Sí!... Y también en facebook, del cual prácticamente era un devoto, le llegaban constantemente frases  de grandes pensadores, como Paulo Coelho, por ejemplo (no sé en realidad cuál será la talla de Coelho), y videos muy bien montados en PowerPoint, con fondo musical de Richard Clayderman -el pianista de las quinceañeras y de los viejos edulcorados-, donde se muestran la belleza, la bondad, la poesía, la espiritualidad, el descanso filosófico, la recolección de todos los saberes de la vida. En definitiva: todo lo inherente al disfrute de esta etapa, la última de la vida.

     "De la vida de los seres humanos" -quizás la aclaración sea innecesaria-, porque de la vejez de los animales, los veterinarios, que son los que saben, no dicen nada. Sólo sé que en un determinado momento, los dueños (de los animales domésticos; los callejeros y los que viven en el monte quedan a expensas de lo que la naturaleza haga con ellos) se los llevan a ellos, a los veterinarios, para que los sacrifiquen. Claro, no se trata de ningún espíritu asesino expresado en animalicidio, sino todo lo contrario. Es por un sentimiento humanitario -o animalario- que se recurre a esta drástica práctica. Lo que se busca en verdad, es evitarles este último sufrimiento mortal a sus mascotas. Por eso deduzco que la vejez de los animales no debe ser tan placentera como la de los humanos, para quienes el "sacrificio" es algo que está totalmente condenado. Incluso para aquellos casos cuando es la propia persona, candidata inmediata al viaje eterno, quien lo pide a gritos (si puede gritar). La eutanasia -así la llaman, no es ninguna maracucha- está prohibida. Sobre todo por la iglesia, que es especialista en prohibir todo.

     El joven del cuento, cuyo nombre es Tofaus...Paréntesis 1: (ya era hora de que lo dijera), Parentésis 2: (tampoco es maracucho)..., estaba dispuesto a cualquier sacrificio (¡qué contradicción!) con tal de adelantar etapas y acercarse de una vez al tan codiciado goce senil. Así fue como llegó a contactar al gestor adecuado que le suministraría este servicio, ...¡el Diablo!

     El Diablo, Satanás, Lucifer, Bush,...¡perdón! Lo escuché tanto que se me quedó... Ése, el propio Demonio, que como bachaquero en supermercado no pierde la oportunidad de sacarle partido a todas las situaciones, se le presentó a Tofaus para decirle que él tenía el poder de llevarlo inmediatamente a la vejez, para lo cual le ofrecía sus servicios.

     -¿Puedes hacer eso?- preguntó al desconocido, una vez superada la sorpresa de la inesperada presencia.
      Cuando sucedió esto, Tofaus estaba en su estudio, frente a la computadora, revisando precisamente los mensajes de sus amigos de facebook.

     -¡Claro! -respondió el Diablo- Yo puedo hacer cualquier cosa que me pidas.
     Sonaba un poco arrogante, pero convincente por la fuerza y seguridad que le daba una larga experiencia.

     -¿Es que acaso eres Dios?-preguntó inocentemente Tofaus.
     Esta ingenuidad era comprensible en Tofaus, por cuanto el Diablo estaba vestido de civil y él no lo reconoció enseguida. Pero el Diablo no se sintió muy agradado con la pregunta.

     -¡Shiii! No ofendas -dijo el Diablo, llevándose el dedo índice de la mano derecha a los labios, indicándole que no hablara-. Dios hace de todo, pero con muchos errores. Constantemente tiene que estar reacomodando los entuertos que produce. Además, le gusta culpar a la humanidad por sus equivocaciones. Las de él, las de Dios, ¿me entiendes? Él hace algo mal y después le echa la culpa a los humanos, y los castiga por ello.

     El Diablo hizo una pausa, como para estudiar las reacciones de Tofaus, y luego continuó:
     -Conmigo no corres ese riesgo, conmigo estás garantizado, mi trabajo es perfecto. Lo que yo hago, hecho está, y nadie lo puede modificar. ¿Hacemos trato?

     Tofaus vaciló un poco. Ante lo inesperado de la situación y frente a la avasallante personalidad del Diablo, no atinaba a decir nada. Lo único que se le ocurrió, al rato, preguntar fue:
     -¿Y cuánto me costará eso?
     -Sólo tienes que darme tu alma cuando mueras- contestó el Diablo con tono de que se trataba de una minucia.
     -¿Tan caro?- exclamó Tofaus alarmado.
     -(¡Ya está! Comenzó el regateo) -pensó el Diablo. Y luego en voz alta: -Bueno, tú sabes cómo están las cosas ahorita, todo está muy costoso.Con la cantidad de religiones que ha proliferado es cada vez más difícil conseguir materia prima para las pailas...¡Digo! para hacer mi trabajo de vulcano. Sin embargo, te estoy dando el mismo precio de siempre, ¿tú no has leído? Puedes averiguarlo ahorita si quieres, aprovechando que estás metido en Internet. 

     El Diablo era un lince para negociar. Tenía casi a punto a Tofaus. Sin embargo, había síntomas de resistencia; por eso el Diablo, apelando a sus dotes de encantador de serpientes, adornó un poco más su oferta:
     -Fíjate que a cambio de eso no tendrás que hacer cola ni esperar todos los años que te faltan para llegar a la vejez. Tú me confirmas el trato,...con tu palabra me basta..., e inmediatamente tus deseos serán una realidad.

     Tofaus vaciló nuevamente, pero fue sólo un instante. Sus ansias de vejez eran muy grandes. Al fin y al cabo ¿qué podía perder? Si el Diablo no cumplía, él tampoco estaría obligado a darle su alma. Era palabra contra palabra. Así que levantó la mano, la dirigió hacia el Diablo, y le dijo:
     -Trato hecho, ¡chócala!

     El Diablo la chocó y enseguida se levantó una gran nube de humo que inundó todo el estudio, impidiendo incluso que el Diablo y Tofaus se pudieran ver. 


Cuando el humo se disipó, el Diablo estaba parado frente a un viejito sentado al otro lado del escritorio. Tofaus, perplejo, quiso levantar prontamente sus manos para palparse el rostro y confirmar si había cambios, pero el movimiento fue muy brusco -eso pensó él- y sintió un pinchazo en el hombro que frenó en el acto el movimiento, completándolo luego lentamente y con cierta dificultad.
     -Es el manguito rotador -advirtió el Diablo-, que tendrás que revisarte pronto. Y algunos problemas de circulación. Nada de  qué alarmarse, son problemas normales y propio de tu nueva edad. Recuerda que yo hago mis trabajos completos y como deben ser.

     Tofaus no le dio importancia a este pequeño inconveniente, pues rebosaba de contento. Había logrado abrir una trocha hacia la vejez. Este Diablo era un verdadero demonio. Quiso lanzar un grito de felicidad, un "hurra", una risa estridente que denotara el hallazgo de su nuevo estatus, pero cuando trató de hacerlo le reventó una tos por una fuerte carraspera en la garganta. Casi se queda sin respiración, pero eso no era nada comparado con los placeres que le aguardaban.

     El Diablo no tenía más nada que hacer y se dispuso a marchar.
     -Chao, me voy. El trabajo está hecho. Dentro de unos meses vengo a buscar tu alma.
     -¿Cómo "unos meses"? -replicó Tofaus- ¿Por qué tan rápido?
     A lo que el Diablo respondió:
     -Recuerda que ahora eres un auténtico viejo, tienes que acostumbrarte a esa idea. Ya no te queda tanto de vida. Aprovecha bien eso que te resta. Nos vemos.
     Y desapareció de la misma forma como había llegado.

     Tofaus quiso retener al Diablo para hacerle una última pregunta:
     -¡Espera!
     E intentó levantarse rápidamente de su asiento, como estaba acostumbrado, pero un fuerte estirón entre la cadera y el glúteo le hizo volver inmediatamente a su silla. Se levantó después -el Diablo ya había desaparecido-, poco a poco, y salió de su estudio. Atravesó despacio la sala y se dirigió hacia la puerta de salida. Quería saber cómo se veía el mundo bajo la mirada de la experiencia.
Estaba ansioso por verificar si los rayos del sol se filtraban cálidamente entre las ramas de los árboles y unas bellas mariposas de todos colores revoloteaban alrededor, mientras las notas del piano de Clayderman salían de entre las blancas nubes y se esparcían por el cielo. Si los árboles presentaban coloraciones entre anaranjadas, verdosas, marrones y ocres, como en los inicios del otoño, y las flores se abrían con goticas condensadas en sus pétalos, mientras las mariposas se paraban en ellas para cumplir con el rito de la polinización.


 Y si cerca había algún riachuelo de aguas cristalinas, mientras a lo lejos se observaba un salto que parecía de postal, pero no era postal, sino la naturaleza sonriéndole a la vejez, tal como él lo había visto en tantos videos que le habían enviado los jubilados.


     Cuando salió ansioso al porche, estaba comenzando a llover y se topó con el hombre que sacaba la maleza y cortaba la grama del jardín. Al verle, éste lo saludo respetuosamente y le dijo:
     -Cuidado, jefe, que está lloviendo. No se vaya a mojar, no sea que coja un resfriado.
     Tofaus, entonces,...
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     Amigos, les dije que sólo se trataba de un adelanto promocional, para que tengan una idea de lo que será el cuento, o la novela, o lo que salga, de esta historia de Tofaus, el anti-mito...¡Ajá! ¿Y porqué "anti-mito"? Casi se me olvidaba decirles.

     Una vez un tipo llamado Goethe escribió la historia de Fausto. En realidad el Goethe éste, no inventó a Fausto ni el fulano pacto con el Diablo. Esta historia ya existía e incluso parece que Fausto fue un personaje real. Varios habían escrito sobre él, pero fue Goethe quien lo convirtió en un ícono de la literatura universal. Ustedes conocen la historia:
     Fausto, un viejo profesor, con mucho conocimiento en varias áreas científicas y humanísticas, pero frustrado y amargado por lo que dejaba atrás, por lo que no había aprovechado, y por lo que ya no volvería, hizo un pacto con el Diablo para recuperar su juventud, pero con el conocimiento de viejo, y aún más.¡Vaya una aspiración! Un contrasentido, un absurdo, ¿quién entiende al hombre? ¡Querer volver a la juventud cuando se está en la mejor época de la vida!

     Pero más inexplicable fue el impacto que esta obra produjo. No sólo en lo literario, como les dije, sino como representación nata de anhelos reprimidos, de frustraciones, de valores éticos y morales controvertidos, de la necesidad inagotable de amor y de placeres. El personaje sobrepasó la obra que lo catapultó y se convirtió, él mismo, en un mito del hombre de la modernidad. ¿Quién entiende el mundo? Los valores están todos trastocados.  Por eso estamos como estamos.
     ¡Pues, no! Hay que destruir esto, es menester acabar con ese mito. Y lo mejor para acabar con un mito es crear un anti-mito. Ésta es la razón que me ha llevado a crear el personaje de Tofaus y mostrarlo como el anti-mito necesario. Este anti-mito expresa el verdadero sentir humano y no lo que desadaptados, como el tal Goethe, artificialmente han creado.

     Pero ustedes, amigos, tendrán que revestirse de paciencia y esperar que termine mi historia. Como les dije, Tofaus cogió vuelo y está exigiendo ahora una novela. Si al otro le hicieron una, ¿por qué no a él? Todos los días le sucede algo nuevo para que yo lo escriba, es un chantaje.

     Ayer, por ejemplo, fue a orinar y le sorprendió que a pesar de las irreprimibles ganas que le apremiaban, sólo le salía un chorrito. Casi tuvo que cantarle una canción de cuna al bichito aquel para que se relajara, pues él creía que era debido a la tensión psicológica, producto de la nueva situación. Se tardó como 10 minutos con aquel minúsculo chorritico. Él, que lanzaba un chorro de hasta 5 y 6 metros, y hacía competencias con los amigos para ver quien lo lanzaba más lejos. Pero ayer mismo se enteró que hay una cosa llamada próstata y ahora quizás tenga que operársela, haciéndose, por supuesto, su respectiva biopsia para determinar si lo que tiene es benigno o maligno. Así, cada día disfruta Tofaus alguna nueva de esas maravillas de la vejez, queriendo a su vez, compartir esta alegría con los demás. Por eso me incita a escribir, y escribir, y escribir. Me tiene preso este Tofaus, el Fausto al revés, el anti-mito.







miércoles, 29 de octubre de 2014

Espectacular procedimiento para eliminar las arrugas de la cara y el cuerpo




Espectacular procedimiento para 
eliminar las arrugas de la cara y el 
cuerpo

Octavio Acosta Martínez
octaviocultura@hotmail.com
Twitter: @snittker.com







     Las cosas se descubren por casualidad.

  En estos días me compré unas hermosas parchitas en el mercado de los andinitos para preparar un jugo.














     Particularmente acostumbro usar toda la parchita (la pulpa, el líquido que se extrae de ésta, y la concha, cáscara, o como la llame usted). A ésta (la concha, no a usted) la sancocho, con pedazos de papelón, clavos de especies y conchitas de canela. Si quiere, le echa un chorritico de esencia de vainilla. Cuando todo se cuece (las conchas deben tener un aspecto como "transparente") la licuo, cuelo todo, mezclo con el líquido interno que previamente extraje, y listo. ¡Tremendo jugo!



     Como soy un poco flojo, aplacé unos días esta preparación y las parchitas perdieron su lozanía, se arrugaron todas y se me quitaron las ganas de hacer el jugo. Dije: "voy a comprarme otras parchitas nuevas y lo prepararé".




    Nueva visita a los andinitos y nueva compra de parchitas hermosas. Pero volví a dejar pasar los días y las nuevas parchitas también se arrugaron. Me disgusté conmigo mismo y dije: "voy a prepararlo así como están". Procedí, entonces, como siempre. "No me quedará tan bueno -pensé-, pero ése será el castigo por mi desidia".




     Comencé la preparación con las nuevas parchitas arrugadas y dejé las primeras superarrugadas (parecían unas viejitas de 90 años) para sacarles solamente el jugo, si es que le quedaban.

     La primera de las sorpresas fue cuando encontré que éstas -y las otras también- estaban plenas de jugo. Incluso más que lo que había visto en ocasiones anteriores en las "jóvenes" y lozanas. Así que se los saqué, lo colé y lo puse en un recipiente aparte.

     Luego procedí a sancochar las conchas.Decidí, para castigarme más, añadir las conchas de las primeras. Éstas parecían empaques plásticos cuando uno los amuñuña para echarlos a la basura. Las metí en la olla y encendí la candela.



     Al rato fui a "chequear" para ver cómo iba la cosa. Ahí me llevé la segunda de las sorpresas: todas las conchas estaban lisas y lozanas, "fresquitas" como cuando las compré. El calor y el agua absorbida les devolvieron su lozanía. Preparé mi jugo como siempre y me quedó como nunca: para tomar, repetir y volver a repetir.  Si alguno de mis amigos me visita en estos días, tendré mucho gusto en brindarle un vasito de exquisito jugo de parchita.



     De esta experiencia obtuve un aprendizaje muy importante y diseñé un procedimiento que les voy a recomendar.

     En primer lugar, nosotros como las parchitas, por muy super arrugados que estemos, por dentro guardamos un fresco, rico y abundante jugo que en la mayoría de las veces no nos atrevemos a ofrecer porque creemos que nadie estará interesado en tomarlo y seremos rechazados por nuestra apariencia externa. Por ese motivo, paso entonces a la recomendación derivada de este mismo aprendizaje.

     Si usted quiere eliminar sus arrugas corporales tome una paila muy grande -como las que usan en el ejército para prepararle la sopa a la tropa-, o también un barril metálico. la llena de agua, la pone sobre el fuego, se mete en ella y se sancocha. Si desea, le puede añadir un poco de su perfume favorito al agua. Cuando salga de allí le aseguro que tendrá una piel lisa, tersa y lozana, sin una arruga, como cuando tenía 15 años.



     Nota importante.- No deje que se le seque el agua, porque entonces obtendrá el efecto contrario.

     



lunes, 8 de septiembre de 2014

DIOS Y LA SEGUNDA LEY DE LA TERMODINÁMICA




Plan de trabajo para los próximos veinte meses...
o quizás veinte años




Octavio Acosta Martínez
occtaviocultura@hotmail.com
Twitter: @snittker.com



     Sin embargo, podría cambiar mañana o la próxima semana.

     Todo se debe a la necesidad de seleccionar y delimitar; lo que hay por aprender es una inmensidad y se trata precisamente de un plan de estudio, investigación y aprendizaje. Ésta es la selección :

  • Tractatus logico-philosophicus e Investigaciones filosóficas de Witthenstein (Ludwig)
  • Segunda Ley de la termodinámica. En realidad todas, pero ésta es la más compleja y controversial
  • Mecánica cuántica  y teoría de las cuerdas
  • La Biblia. Estudio comparativo con el Corán, la Thorá y otros textos religiosos, fundamentalmente de las tres religiones monoteístas más dominantes en el mundo (cristianismo, islamismo, judaísmo)
  • Continuación con el cultivo de la música y las artes en general (no cambiará con ningún plan), en niveles de apreciación.
  • Continuación con la mejora en el uso de algunos idiomas; fundamentalmente el inglés y el francés (tampoco cambiará)
     Los programas de viaje, lo cual forma parte de las prioridades que establecí en los últimos tiempos, parece que están llegando a su fin, o ya definitivamente llegaron, a juzgar por el paisaje que nos presenta la revolución bolivariana para el presente y para el futuro inmediato. Y da la casualidad que todo mi futuro es inmediato.

         ¿Son estos campos de estudio mutuamente independientes? Por supuesto que no. En estos momentos debería estar claro para todos que todo está relacionado con todo la tarea consiste en encontrar los canales de conexión.

     No solamente están relacionados entre ellos, sino con otros campos colaterales que los alimentan y sin los cuales no podríamos avanzar en las investigaciones. Les daré una ligera idea de algunos de los problemas planteados que me conducen a establecer este plan.



*  *  *

     De entrada, por ejemplo, siento curiosidad por la posible  relación que pueda existir entre Dios y la Segunda Ley de la Termodinámica. De hecho he estado elaborando algunos apuntes al respecto.  No hay nada original en tratar de hacer esta relación, porque ya mucha gente lo ha intentado, aportando una amplia gama de respuestas a las preguntas que generalmente uno se formula, y ellas servirán seguramente de insumo para alimentar las mías propias.

     ¿Cuáles preguntas? Bueno, ésta misma es una de ellas. Las puertas del conocimiento se abren cuando se hacen las preguntas adecuadas y hay que comenzar por ahí: preguntándose por las preguntas que se deben formular. Cuando se habla de Dios, me parece que lo primero a definir es qué es lo que entendemos por "Dios". En la historia del hombre y en todas las civilizaciones por las que éste ha pasado han existido miles de dioses con infinidad de características. Actualmente existen miles de deidades en el mundo. Como estamos ubicados en esta parte del mundo occidental y cristiano es posible que estemos particularmente  interesados en el Dios de la Biblia, y por eso le he dado prioridad a este texto. Pero aún aquí, las cosas no están muy claras. Encuentro algunas diferencias entre el Dios del Antiguo Testamento y el Dios del Nuevo Testamento. Incluso, dentro del mismo Antiguo Testamento, una vez pasados los cinco o seis primeros libros, comienzan a aparecer ciertos matices diferenciadores en la personalidad de Dios, en su antes y su después, lo que en principio nos hace sospechar que Dios está también sometido a un proceso evolutivo.

     Forzando, no obstante, un poco las cosas y aceptando que se trata siempre del mismo Dios, y no apreciaciones diferentes de los hombres que escribieron los varios libros de este texto (es obvio que fueron hombres diferentes y en distintas épocas), quedaría pendiente el asunto de las características de Dios, porque a mí no me cuadran por ninguna parte las que me han vendido. Sin embargo, en una investigación no las puedo descartar a priori y las coloco, por tanto, en una  las muchas hipótesis que se pueden establecer sobre Dios. Se plantea por ello, la necesidad de diseñar una matriz de características alternativas de Dios y estimar la probabilidad que se dé a cada uno de los grupos en los que las hayamos dividido. 

     Cada grupo alternativo de características constituye un estado de cosas, en el lenguaje del Tractatus y nos quedaría por definir cuáles pertenecen a un estado de cosas existentes y cuáles a un estado de cosas inexistentes. Dependiendo de estas respuestas parciales, se podría ubicar a Dios en una de las únicas dos posibilidades: Dios pertenece a la realidad, pero no al mundo (estado de cosas inexistentes), o Dios pertenece a la realidad y al mundo (estado de cosas existentes). Como se ve, de lo que no me cabe dudas es de que Dios pertenece a la realidad; pero, cuidado, en la filosofía del Tractatus los conceptos de realidad y mundo no son equivalentes y la realidad no es la que entendemos en el lenguaje ordinario.

     Si se lograra ubicar a Dios en uno de los dos sectores de la realidad pasaríamos, entonces, a su imagen equivalente en el campo del lenguaje donde formularíamos una serie de proposiciones que si se corresponden con la ubicación adoptada en la realidad, se trataría de proposiciones verdaderas. Por ejemplo, la proposición "Dios es benevolente" será verdadera en el caso de haber aceptado la hipótesis de un Dios con una serie de características dentro de las cuales estuviera contenido el atributo "benevolente"; en caso contrario, la proposición sería falsa.

     Comprobar cualquier hipótesis que se formulare con respecto a Dios no podría ser por los mismos métodos que se emplean para un experimento químico, o cualquier otro de las ciencias fácticas. Más que determinar lo que Dios es, deberíamos adoptar un proceso de descarte que paulatinamente nos iría diciendo lo que Dios no es. ¿Qué método se deberá seguir para ello? Como les he dicho, he delimitado mi estudio al Dios de las tres religiones monoteístas antes mencionadas. Es aquí donde entra en juego la Biblia. En la Biblia se dice todo lo que Dios hace y lo que no hace, luego el experimento pasa por su obligada lectura y análisis. Como he dedicado un cierto tiempo a esta lectura, la cual desde muchos puntos de vista disfruto ampliamente, ya tengo algunos interesantes resultados parciales, los que presentaré en su momento oportuno. 

     Mientras elaboro este escrito voy simultáneamente descubriendo cosas. Cuando leo a Carl Sagan (La hipótesis de Dios) tomo de él la idea de la elaboración de estas  hipótesis y leo lo que para Einstein y para Baruch Spinoza significan el concepto Dios. De Einstein ya sabía cuál era pero ignoraba el de Spinoza, del cual no había leído nada en forma directa, sino lo que otros habían escrito sobre él. Esto hacemos muchas veces, por flojera o por la necesidad de simplificación ante tanto conocimiento publicado. Así que me dirijo a mi biblioteca y encuentro de Spinoza su "Tratado teológico-político" (Tractatus theologico-politicus); forma parte de las lecturas postergadas.  Comienzo a leerlo y ¿que descubro en sus primera páginas? Como tantas veces, el agua tibia. Encuentro que en 1670 Spinoza hizo lo que a mí se me ocurrió hacer ahora como un método válido para manejar este estudio: tomar la Biblia y efectuar una lectura crítica y un análisis exhaustivo  de la misma. Éste fue su método, cuyos resultados plasmó en su Tractatus. Mi plan de trabajo se expande, ahora tengo la obligación de leer a Spinoza. No sé exactamente a qué llegará - sólo que definirá su propio Dios-, ni si yo estaré de acuerdo con él. Pero en una primera impresión Spinoza comenzó a caerme bien.






*  *  *

     ¿Y la Segunda Ley de la termodinámica, qué tiene que ver con Dios? En realidad no me interesa la termodinámica exclusivamente por Dios, sino por todo lo que ella involucra en cuanto a la suerte de nuestro universo. Pero dado que Dios está también en el medio de esta suerte, es lógico pensar que debería haber una relación entre ambos. ¿Cuál es esta relación?

     Casi todas las religiones han relacionado el origen del universo con la intervención de la figura de un Creador. En la ciencia, por otra parte, hay un casi consenso del origen en una gran explosión, el Big Bang. ¿Qué había antes del Big Bang? La ciencia se muestra incapaz de determinarlo. Pero tampoco le ha interesado hasta ahora, pues afirma que fuere lo que fuere, eso no afecta en nada lo que pasó después. Desde un punto de vista teológico uno se preguntaría: ¿Qué hacía Dios antes del Big Bang? ¿En qué ocupaba su tiempo?

    -¿Cuál tiempo?- se preguntará un científico.
     Para la ciencia, la historia del tiempo comienza con el Big Bang. ¿Comenzará ahí también la historia de Dios? Depende de la hipótesis aprobada. Si fuese verdadera la proposición "Dios es el creador del universo", ello debiera ser porque necesariamente Dios existía antes para poder prender el fósforo que produciría semejante explosión. Es decir, la presencia de Dios estará incluida para entonces en un estado de cosas existentes  pre-Big Bang.


Representación del Big Bang


     Dentro de una de las hipótesis que debemos plantear acerca de Dios no debe faltar
 aquella que afirma que él es un ser "increado", de lo que se concluiría que ha existido siempre. Y si ha existido siempre, es pertinente la pregunta acerca de lo qué hacía antes. Si no hacía nada, habría que añadirle a Dios el atributo de haber sido infinitamente ocioso, puesto que desde el Big Bang hacia atrás existe una infinitud de lo que llamaríamos tiempo en términos humanos, una nada infinita acotada superiormente.


     En esta parte la Biblia no ayuda mucho, porque para ella todo comenzó con la creación del cielo y la tierra.



        "En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
         Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del                           abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas". (Gen. 1:1-2).

     La ciencia ha determinado que del Big Bang hasta esta fecha han transcurrido entre  13 y 14 mil millones de años. También se ha manejado la cifra de 15 mil millones. Poca diferencia para estos niveles. En la música intergaláctica existe también un tango Volver que dice "mil millones de años no es nada". La Tierra surge más tarde, desde hace unos 5 mil millones de años. Es decir, transcurrieron aproximadamente 9 mil millones de años antes de que Dios decidiera crear los cielos y la tierra. Porque tengo entendido que tierra viene de Tierra y los cielos son nuestros cielos.

     Además sabemos que todo comenzó por el norte de la Mesopotania, más o menos, donde se ubicó el jardín del Edén. Dios debió estar muy ocupado durante esos 9 mil millones de años, seguramente acomodando por ahí el resto del universo.

     Falta algo, ¿qué falta? 
     Falta el hombre.

     Hoy sabemos que la vida en la Tierra data de unos 3 mil millones de años y el hombre apenas unos 4.5 millones. Pero no el hombre tal como lo conocemos hoy, sino sus predecesores. El homo sapiens, tiene apenas unos 200 mil años, y el homo sapiens-sapiens, tal como es el hombre actual, apenas unos 80 mil años, lo que representa alrededor del 1.6% de la vida del planeta. Si Adán y Eva estuvieron desde el principio, entonces ellos no fueron ni siquiera homo sapiens, y quizás fue por brutos, o poco evolucionados, y no por desobedientes que comieron la manzana.


Adán y Eva. Óleo de Francesco Albani (1578-1660)
     Me surgen ahora nuevas interrogantes. Cuando se suma el número de generaciones que van desde Adán y Eva hasta nuestros días -la Biblia es muy exhaustiva suministrando datos que permiten calcularlo-, y las llevamos luego a años, eso no sobrepasa los 10 mil. Muy poco frente a los 80 mil del homo sapiens-sapiens, de los 200 mil del homo sapiens y menos aún frente a los 3 mil millones de la vida en la Tierra. Hay, pues, algo que no cuadra. Me parece que la Biblia, para ser la palabra de Dios, es bastante confusa y llena de contradicciones. Me ha puesto a trabajar, tiene a mucha gente trabajando, y es mucho todavía lo que falta por aclarar... (¡todo!).  Una posibilidad es que éste no haya sido el Dios que estuvo presente en el Big Bang, el que lo originó, el verdadero Ser Supremo, sino un Dios subordinado encargado de la creación de mundos parciales en distintos rincones del universo. Me imagino que debe ser por eso que muchísima gente adoptó la posición más cómoda: solo creer y olvidarse de esa blasfemia de pensar. Como personalmente soy miembro del club Operación Salmón, no me queda más remedio que continuar en mis indagaciones y estudios.
    
                                
     
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     Si así están las cosas en el origen, no más claras están para el final. Sabemos ciertamente que el universo tendrá un final, lo que no sabemos es cómo será. Tenemos la certeza de que por ahora está en expansión. ¿Se expandirá indefinidamente o tendrá un límite y luego se revertirá el proceso y comenzará una etapa de contracción? Depende de cómo haya hecho Dios las cosas. Si Dios creó la suficiente cantidad de materia, tal que su fuerza de gravedad sea capaz de frenar la expansión, entonces habrá un regreso y todo se volverá a encontrar en su punto de partida, el Big Crunch (la gran implosión). ¿Qué vendrá después, un nuevo Big Bang? Depende de lo que decida Dios.

      Si no creó materia en cantidad suficiente, entonces la expansión continuará para siempre, o mejor dicho, hasta que se acabe el universo. Recientemente (1998) se han detectado signos de que el universo se está expandiendo en forma acelerada (aumento progresivo de su velocidad de expansión). De confirmarse esta teoría se concluiría que este segundo supuesto es el real. Generando además, nuevas posibilidades con sus consiguientes interrogantes. La existencia, por ejemplo, de alguna energía que no ha podido ser observada (energía oscura) que esté ejerciendo una fuerza gravitacional en sentido contrario. ¿Cuál será la causa de esta energía y quién o qué la habrá originado? Es un asunto muy oscuro. De ser confirmada esta teoría surgiría la posibilidad de que el fin del universo se diera como consecuencia de un gran desgarramiento (Big Rip).

     Sabemos, por la Segunda Ley de la termodinámica, que el universo se encamina hacia su muerte térmica. ¿Qué significa esto? La explicación queda pospuesta. Hay que estudiar el concepto de entropía, los conceptos de orden y desorden, un poco de teoría de probabilidades, y algunas cositas más. Pero podemos adelantar una explicación temporal muy sencilla, como para niños, sólo con fines ilustrativos: 


El universo antes (presente)
     Esas estrellas que vemos por las noches brillar en el cielo, no son sino inmensas bolas de fuego cuya luz nos está llegando en este momento. Ese fuego no es eterno, aunque a nosotros nos lo pareciera. Él durará cuando se agote el combustible que lo alimenta, el hidrógeno. Al agotarse, ¡puff!... el fuego se apagará. Como eso pasará en cada una de las estrellas, llegará el momento en que el universo todo, será una sola oscuridad; todo habrá colapsado. De hecho, como todos sabemos, muchas de las estrellas que vemos cada noche, ya colapsaron, sólo que es ahora cuando nos está llegando su luz. Afortunadamente nosotros no vamos a ver ese final, porque el de nuestro Sol, y con él nuestro planeta y todo el sistema solar, habrá llegado hace mucho tiempo. Diremos que el universo colapsará en el momento en que llegue a su máximo desorden. Si no es que se le adelantara antes, bien el Big Crunch, o bien el Big Rip.



El universo después
     Con los conceptos de orden y desorden se presenta algo similar a los de realidad y mundo dentro del lenguaje del Tractatus: ellos no coinciden con lo que entendemos  en el lenguaje ordinario, ni en el de otras disciplinas. Hay que andar con mucho cuidado cuando se trata de esta ley o principio.

     De acuerdo con ella,  el desorden, los niveles de entropía, aumentarán constantemente. Aunque en la Tierra, con la vida animal (incluyendo aquí la humana) y con la vida vegetal, pareciera que el proceso termodinámico ha estado orientado en sentido contrario, hacia el orden. Quizás la Biblia no está tan equivocada cuando dice que al principio “la tierra estaba desordenada…”. Luego Dios ordenó las cosas. ¿Sabía la Biblia lo que estaba diciendo? Nosotros apenas hoy sabemos que ese orden, como bien lo explica Carl Sagan en"La Hipótesis de Dios", se logró a expensas del descenso en el orden del Sol, lo que creó las condiciones para que se diera la vida en la Tierra. Porque la Segunda Ley de la termodinámica se aplica en este caso a un sistema ¿aislado? que se llama “Universo” y la entropía considerada es para todo el sistema y no para uno solo de sus componentes, como es la Tierra. Así que no hay contradicción,  y necesariamente el final de este sistema será su muerte térmica. 


Carl Sagan. Astrofísico norteamericano. 
Autor del libro Cosmos.
     Cuando esto suceda Dios se va a quedar inmensamente solo, ya no existirá nada de lo que él creó una vez. ¿Qué tendrá planeado hacer para ese momento? ¿Creará otro universo? Si lo creare, ¿será con las mismas leyes físicas de éste? ¿Será de la misma materia? ¿Estará construida con átomos, y éstos con electrones, neutrones, protones?... ¿cuerdas, tal vez? ¿Se cumplirá de nuevo la Segunda Ley de la termodinámica?  A propósito, ¿estará Dios sometido también a esta ley? Si fuera así, él también moriría. Sería su segunda muerte, porque ya Nietszche le infringió la primera. 

     Hay otros caminos para la especulación (en el buen sentido de examinar posibilidades). La ciencia ha asomado la de posibles existencias de universos paralelos. De ser así, se abrirían nuevas preguntas sobre el origen de éstos. Por ejemplo, ¿habrá habido un Big Bang para cada uno? Pudiese ser también que sus orígenes fuesen diferentes, donde cada uno estuviera regido por diferentes leyes físicas. ¿Y Dios? ¿Qué pasa con Dios? ¿Tendría que haber un solo Dios para todos? Uno podría imaginar la existencia de una comunidad de dioses situada muy por encima de toda imaginación. A lo mejor cada Dios con su propio universo, siendo el nuestro sólo uno de ellos, formando tal vez parte de un juego donde los dioses compiten por ver cuál lleva el suyo más lejos. Quien lo logre será el ganador. El nuestro va por los 14 mil millones de años y alguna gente que sabe mucho calcula unos 80 mil millones más para colapsar ¿Y los otros universos? En estos niveles yo pierdo las chavetas y me da igual cualquier cifra que me den. Pienso que debería haber un dios bolivariano que le quite varios ceros a estas cifras para uno poder manejarlas mejor. Así como existe el año luz, debería instituirse el año fuerte.



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     ¿Desean que hablemos de la mecánica cuántica? No, mejor no. Lo posponemos. Tengo que poner muchas cosas en su sitio para al menos tener una ignorancia ordenada. No sé si mi ignorancia será capaz de burlar el segundo principio termodinám...








     ...Un momento, estoy pensando...








     ... Se me están ocurriendo... precisamente esto de relacionar mi ignorancia con la Segunda Ley...







     ... pero podría ser la ignorancia de todo el mundo, ...La ignorancia como concepto... con valor epistemológico...




     A ver... Uno puede ordenar su ignorancia para tener claro lo que se ignora y afinar el enfoque en la búsqueda del conocimiento. Hace un momento, arriba, estuve pensando en ordenarla por motivos más triviales:  poder contarla en mis escritos para que la lea aquel que le interese. En el primer caso, trato de acabar o al menos disminuir mi ignorancia. ¿Iría esto en contra del principio termodinámico? Si disminuyo mi ignorancia es a expensas de un aumento de mi conocimiento. ¿Se mantendría así un equilibrio en ese reducido sistema en el que me he encerrado? Creo que no, sospecho que me estaría encaminando hacia una disminución de la entropía. Además, no estoy seguro que se pueda hacer esta reducción tan simple, por mucha abstracción a que queramos someter el pensamiento.
     En el segundo caso, mi ignorancia permanece constante; el aumento de conocimiento es cero y también se mantiene el mismo nivel entrópico.

     Sin embargo, ahora pongo de nuevo los ojos en las dos posiciones asumidas, una por la ciencia y otra por la religión.


Stephen Hawking
     La ciencia, ya lo hemos dicho muchas veces, lleva años en la búsqueda de una teoría unificada que explique todo. Se acabarán las contradicciones entre física cuántica y teoría de la relatividad, y como dice Hawking en Historia del tiempo, ello permitirá adivinar el pensamiento de Dios. En ese momento no estaremos buscándolo, sino que seremos como él, justificando así el temor que tuvo desde el propio inicio cuando prohibió a Adán y Eva comer del árbol de la ciencia del bien y el mal.
     Ilya Prigonini, Premio Nobel de Química, en su libro Las leyes del caos, citando a su vez a Richard Feynman, Premio Nobel de Física, en su libro El carácter de la ley física, dice: "...llegaremos a un punto donde todas las leyes, por lo menos las que determinan lo esencial de los fenómenos, serán conocidas. No se descubre América dos veces". "Termodinámicamente" (ojo, la estoy poniendo entre comillas) el conocimiento llegará a su máximo valor, al contrario de la ignorancia, cuyo valor será prácticamente nulo. Siendo consistente con lo que dije arriba para mi propio caso y de acuerdo también con algunos modelos que he consultado -los que deberé estudiar en detalle, pero que ya sin hacerlo les tengo una severa crítica-, la entropía del conocimiento en este punto debería ser nula (ya veo a los especialistas corrigiéndome todo. Bienvenidos sean, pues de esas correcciones aprendo mucho). La flecha del tiempo en cuanto a la variable conocimiento parece ir en sentido contrario, se va avanzando hacia una disminución de la entropía. Esto es posible para algunos subsistemas parciales dentro de un gran sistema aislado, como hemos visto en el caso de la Tierra y el universo.

     La religión, por su parte, no busca nada porque ya encontró: Dios es la causa y la explicación de todas las cosas. Es el paso final del baile de la medusa de la lógica fluida (De Bono); una vez que se da, se terminó todo. Se puede conseguir mucha paz espiritual y tranquilidad psicológica a través de las creencias religiosas, pero no conocimiento. La fe no es una forma de conocimiento, es la renuncia al mismo ¿Se pudiera interpretar que Dios es la muerte térmica del intelecto?... Buen tema para la discusión, si es que eso se pueda discutir.


     Bueno,  es un reto que quién sabe si podré superar, pero ése es mi plan de trabajo para los próximos... años es mucho ¿verdad? ... Vamos a inventar los meses fuertes. Es bastante complicado y no sé en realidad por qué lo hago. Debe ser masoquismo puro. Nadie me paga por ello. Todo lo contrario, estoy sufriendo las consecuencias económicas por dedicar mi tiempo a cosas inútiles no remuneradas, habiendo tantas otras cosas inútiles por las que pagan muy bien; como ser ministro, alcalde, diputado, presidente de Hidrocentro, ...No me atrevo a decir otras que estoy pensando.



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     Con respecto a los idiomas y las artes, ya tendré bastante tiempo para hablar. Y "de lo que no se pueda hablar, habrá que callar" (Wittgenstein en futuro presente).