LA VINOTINTO
Octavio Acosta Martínez
El próximo juego de la Vinotinto contra Colombia no lo voy a ver, ya estoy cansado de que me estén, igual que en la política, creando falsas expectativas. La Vinotinto llegó hasta donde tenía que llegar con su actual estructura organizativa y ahora está en una situación de estancamiento. Y lo que es peor, sin méritos suficientes para ir a ningún mundial. Pueda ser que gane a Colombia, pueda ser que no gane. Pueda ser que vaya al mundial, pueda ser que no vaya. Todo eso es irrelevante. Lo cierto es que presenta un fútbol convencional, del montón, sin mucha imaginación y, por supuesto, con cero creatividad. Así como está, si llegara a asistir al mundial, creo que tendría una actuación muy pobre. No sé si ése es el objetivo, pero no es mi objetivo como fanático. En un mundial se supone que veré el mejor fútbol del planeta.
¿Cuál es el remedio para la Vinotinto? Yo tengo una propuesta: el remedio universal que se aplica a muchas cosas. En Venezuela pareciera que todas las cosas funcionan al revés que en el resto del mundo. En el caso del fútbol observamos como los DT (Directores Técnicos) son removidos de su cargo al menor fracaso que se tenga. Ése es el celo que se tiene para con una camiseta, sea de un país o de un club importante; para muchos también es una inversión. Las camisetas y los fanáticos son lo importante, y no las personas que dirigen ni las que juegan. En Venezuela no, aquí las personas se eternizan en sus cargos y son inamovibles; en el fútbol, en el béisbol, en el basket, y allá donde todos ustedes saben. A mí me parece que el DT César Farías llegó a su límite, él dio todo lo que tenía que dar. Hay que agradecérselo, le podemos hacer un reconocimiento. Le podemos dar una réplica de la espada de Bolívar, aprovechando que ahorita está en oferta y se la dan a todo el mundo. Pero llegó la hora del relevo. Venezuela tiene que contratar a un técnico de mayor envergadura, del país que sea (en el fútbol, en otras cosas tiene que ser de aquí... pero como ya dije, aquí funcionamos al revés...) y sin importar lo que cobre. Si es que de verdad se quiere llevar el fútbol nacional a niveles competitivos a escala mundial, no se puede parar en gastos. La calidad cuesta. Así es como han procedido todos los países que han alcanzado niveles de excelencia (recuérdese que estoy hablando de fútbol, lo demás lo ponen ustedes).
Ya estoy fastidiado del show de la Vinotinto (estoy sospechando que lo están usando para que nos olvidemos de otras cosas). No vamos a construir un buen equipo con musiquitas, videos y propagandas ridículas como aquella de “¡Papá, mamá, no hemos perdido!¡Vamos!¡La gente está en la calle, la gente está celebrando!” Es hora de producir un viraje, un verdadero cambio. En el fútbol... y en muchas otras cosas también.
¿Cuál es el remedio para la Vinotinto? Yo tengo una propuesta: el remedio universal que se aplica a muchas cosas. En Venezuela pareciera que todas las cosas funcionan al revés que en el resto del mundo. En el caso del fútbol observamos como los DT (Directores Técnicos) son removidos de su cargo al menor fracaso que se tenga. Ése es el celo que se tiene para con una camiseta, sea de un país o de un club importante; para muchos también es una inversión. Las camisetas y los fanáticos son lo importante, y no las personas que dirigen ni las que juegan. En Venezuela no, aquí las personas se eternizan en sus cargos y son inamovibles; en el fútbol, en el béisbol, en el basket, y allá donde todos ustedes saben. A mí me parece que el DT César Farías llegó a su límite, él dio todo lo que tenía que dar. Hay que agradecérselo, le podemos hacer un reconocimiento. Le podemos dar una réplica de la espada de Bolívar, aprovechando que ahorita está en oferta y se la dan a todo el mundo. Pero llegó la hora del relevo. Venezuela tiene que contratar a un técnico de mayor envergadura, del país que sea (en el fútbol, en otras cosas tiene que ser de aquí... pero como ya dije, aquí funcionamos al revés...) y sin importar lo que cobre. Si es que de verdad se quiere llevar el fútbol nacional a niveles competitivos a escala mundial, no se puede parar en gastos. La calidad cuesta. Así es como han procedido todos los países que han alcanzado niveles de excelencia (recuérdese que estoy hablando de fútbol, lo demás lo ponen ustedes).
Ya estoy fastidiado del show de la Vinotinto (estoy sospechando que lo están usando para que nos olvidemos de otras cosas). No vamos a construir un buen equipo con musiquitas, videos y propagandas ridículas como aquella de “¡Papá, mamá, no hemos perdido!¡Vamos!¡La gente está en la calle, la gente está celebrando!” Es hora de producir un viraje, un verdadero cambio. En el fútbol... y en muchas otras cosas también.
Tienes razón, Octavio. Es el Principio de Peter.
ResponderEliminarCasualmente ayer reflexionaba sobre la última actuación de la Vino Tinto y sentí una gran desilusión. El problema está en ese mundo al revés que nos rodea y que impide los virajes necesarios, tal como muy bien lo explica. Relacionando su artículo anterior con éste, la emocionalidad debe dar paso a un razonamiento más lógico de los hechos observables y reconocer tal como lo menciona mi antecesor en este espacio, que Farías llegó a su nivel de incompetencia.
ResponderEliminarAlemania tiene una estrategia que es buscar talentos bien jóvenes e irlos acompañando en su camino por las diferentes escalas del fútbol, desde el de clubs en sus ciudades hasta el profesional regional, algunos reciben becas desde edades muy tempranas para que sigan una carrera apoyada cuando se les ve el talento desde chicos y una vez preparados los integran a la nacional. Con esta estrategia se han ído disminuyendo las importaciones de talentos extranjeros, como se hacía antes. Tambien se cambian a los técnicos si éstos no hacen surgir al grupo, no se les perdona muy fácilmente ni se quedan en el cargo eternamente, como tú dices que hacen en Venezuela. Yo pienso que si Venezuela quiere un cambio a largo plazo podría hacer así, sinó lo mejor sería traerse algunos talentos extranjeros, como lo hacen muchos países y darles la nacionalidad, cosa que es muy fácil en Venezuela, lo sabemos todos. Arango es aquí tremendo talento y le va muy bien, pero Venezuela necesita más Arangos, hay que observar a lo jugadores del fútbol no profesional, pues allí hay muchos talentos escondidos esperando ser descubiertos y respaldados, echarles el ojo y prepararlos para el profesional, pienso que esperan hasta muy tarde para ello y así no se logra un equipo sólido.
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