Hoy comenzó una nueva semana de trabajo, y con ella el ir y venir incesante de esos aparatos que andan por todos los canales, se atraviesan en todas partes, y están manejados por unos seres que quién sabe de qué planeta habrán escapado para venir a refugiarse en el tráfico terrestre. Eso, que de alguna, y bastante, manera nos altera la vida, nos produce los pensamientos más diversos y los sentimientos más encontrados. De esta mezcla de cosas retorcidas me salió este poema, bueno para un lunes como hoy.
BUS
En cada parada
se desvanece
el olor
de cigarra
y los sentidos
se empantanan
de carbón
ese gusano
que escupe
ruido gris
en un lleva
y
trae
de estatuas
transparentes
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